Me recuerdo, desarmando y volviendo armar, un reloj con campanitas que me despertaba cada mañana para ir al colegio.
La frase:
"Cada vez que desarme un reloj y lo volví a armar, me sobraron piezas... lo curioso es que el reloj siguió funcionando". Y así fue como, al tener que desarmarme a mí misma para reinventarme, descubrí que sobraron situaciones, lugares y personas en mi vida, pero lo más sorprendente es que yo también seguí funcionando.
Permíteme compartir contigo esta poderosa analogía y cómo encontré la inspiración para seguir adelante.
Hace algunos años, me encontré en un punto de inflexión en mi vida.
Sentí la necesidad de desmontar todo lo que ya no me servía y comenzar desde cero.
Era como desarmar un reloj meticulosamente, pero con una gran diferencia: esta vez, era mi propia existencia la que se encontraba en el taller.
Al desarmarme, me encontré con situaciones que ya no me traían alegría ni crecimiento. Había lugares que me recordaban a momentos pasados, cargados de recuerdos que ya no encajaban con la persona que estaba tratando de convertirme. Y también había personas en mi vida que, a pesar de haber compartido tiempos maravillosos, ya no resonaban con mi nueva visión y propósito.
Sin embargo, lo curioso fue que, a pesar de dejar atrás todas esas piezas, seguí funcionando.
Como el reloj que sigue marcando las horas sin importar las partes que sobran, yo encontré mi camino.
Descubrí que mi fuerza y esencia no dependían de las circunstancias externas, sino de mi capacidad para adaptarme y aprender de cada experiencia.
En el proceso encontre resiliencia dentro de mí misma. Aprendí a valorar las lecciones que me habían dejado esas situaciones, lugares y personas que quedaron en el pasado.
En lugar de lamentarme por lo que perdí, me enfoqué en el crecimiento y en las nuevas oportunidades que se presentaban ante mí.
Me di cuenta de que al desarmar mi vida, también creaba espacio para cosas nuevas y emocionantes.
Los vacíos dejados por esas piezas que sobraron se llenaron con nuevos proyectos, lugares que me inspiraban y personas que compartían mi visión y valores.
Descubrí una versión renovada de mí y en armonía con mis deseos más profundos.
En conclusión:
Cuando me desarmé para reinventarme, descubrí que las piezas que sobraron no eran un indicador de fracaso, sino de mi capacidad para seguir funcionando y floreciendo.
La vida es un viaje de constante transformación y crecimiento, y a veces necesitamos dejar atrás lo que ya no nos sirve para abrir paso a lo nuevo.
Si te encuentras en un momento de tu vida en el que sientes la necesidad de reinventarte, recuerda que desarmarte no significa que estás roto, sino que estás abriendo espacio para crecer y evolucionar.
Es normal que algunas situaciones, lugares y personas ya no encajen en tu camino, pero eso no debe detenerte.
Al igual que el reloj que sigue funcionando a pesar de las piezas que sobran, tú también tienes la capacidad de continuar funcionando y prosperando.
Atrévete a desmontar las partes de tu vida que ya no te impulsan, aquellas que te limitan y te impiden alcanzar tu pleno potencial.
Permítete explorar nuevas oportunidades y construir una versión de ti mismo que esté alineada con tus valores y metas. No temas dejar atrás lo que no te sirve, porque en ese proceso encontrarás la fuerza y el coraje para descubrir nuevas perspectivas y abrirte a un futuro brillante.
La vida es una constante renovación y transformación. Al desarmarte y reinventarte, te estás permitiendo crecer y descubrir nuevas facetas de tu ser.
Mantén tu mente abierta, confía en ti misma y no olvides que incluso cuando sobren piezas en tu camino, seguirás funcionando y avanzando hacia la mejor versión de ti misma.
Espero que este post te sea útil, gracias por leerlo!!
Isa.Alarcón🌹